Con respecto al trato actual del ser humano hacia los animales, coincido en que las prácticas de fabricación en gran escala de productos animales no se condice con la empatía que debiésemos tener con los demás seres que cuentan con un sistema nervioso (y que, por lo mismo, sienten dolor).
Nuestras prácticas alimenticias son principalmente fruto de la tradición (extendida por todo el mundo) y la publicidad que las empresas hacen hoy.
Sin embargo, si cualquier persona revisara la evidencia del trato que reciben los animales en las fábricas probablemente dejaría de vivir en la fantasía que las empresas promueven. La brutalidad a veces es sencillamente inhumana.
Por lo demás, y como una consideración adicional, cabe preguntarse si es o no sana la tradición alimenticia con la que cargamos. ¿Será, como dicen algunos, que en realidad el ser humano es un herbívoro? (y que por ende compartimos más cosas en común con los gorilas y elefantes, y no tanto con los tigres y leones).
Nuestras prácticas alimenticias son principalmente fruto de la tradición (extendida por todo el mundo) y la publicidad que las empresas hacen hoy.
Sin embargo, si cualquier persona revisara la evidencia del trato que reciben los animales en las fábricas probablemente dejaría de vivir en la fantasía que las empresas promueven. La brutalidad a veces es sencillamente inhumana.
Por lo demás, y como una consideración adicional, cabe preguntarse si es o no sana la tradición alimenticia con la que cargamos. ¿Será, como dicen algunos, que en realidad el ser humano es un herbívoro? (y que por ende compartimos más cosas en común con los gorilas y elefantes, y no tanto con los tigres y leones).