Hay pocas cosas tan evidentes y manifiestas en nuestra naturaleza como el hecho de que los machos y las hembras tienen órganos reproductivos complementarios entre sí*.
Existe, además, una clara tendencia en la orientación sexual según los órganos reproductivos que se tienen, y que conduce a la reproducción de nuestra especie**.
Afirmar lo anterior no implica ser homofóbico, ni decir que los homosexuales se vayan a ir al infierno ni nada por el estilo. Se trata simplemente de constatar cuál es la vinculación reproductiva normal que se da en la naturaleza entre los seres humanos.
Y no se piense que aquí sostenemos un resabio de aquella antigua creencia de que la naturaleza contiene necesariamente una inteligencia infalible que debe respetarse. Sólo tenemos en cuenta, aun si la naturaleza fuese azarosa, que la unión entre un macho y una hembra es básica y fundamental, tanto para la realización personal de cada individuo como para la sociedad.
Así, hay realización personal de los individuos pues dicha unión es la única forma normal de tener hijos, y es indiscutido que éstos dotan de sentido a la vida de los padres no obstante el arduo trabajo que implica su crianza. Además, los hijos serán (las más de las veces) su gran apoyo para cuando ya no tengan las mismas fuerzas que en su juventud.
Por su parte, la perpetuación de la especie humana (y por lo tanto de la sociedad) depende de esa unión natural.
¿Qué pasa con los hijos (por supuesto no propios, salvo arrendamiento de úteros u otras prácticas artificiales) de una unión homosexual? Por cierto que podrán recibir cariño de sus padres, pero ¿es justo para los hijos el que desde pequeños no tengan una visión acertada de cómo funcionan, por naturaleza, las cosas en este mundo?
Creo no ser el único que considera a la unión homosexual como una excepción, que por cierto debe respetarse, pero no promoverse. Y, cuando exista, toca a cada sociedad decidir hasta qué punto equiparar esa unión a la unión heterosexual. Desde luego, es conveniente para la sociedad que las parejas mantengan una estabilidad y que puedan administrar sus asuntos patrimoniales.
En cualquier caso, estamos hablando de personas, que tienen un estatuto de derechos tan rico como el de cualquier otra en lo que respecta a su dignidad y requieren incluso más empatía para hacer frente a su orientación sexual, tradicionalmente discriminada. Mas no por ello pueden exigir un trato absolutamente igualitario en todo ámbito de cosas (por ejemplo, en materia de adopción, si ello no beneficia al niño en cuestión).
*Por cierto que hay casos de excepción, los que sólo confirman cuál es la regla.
**Nuevamente, hay casos de excepción en que una persona tiene una orientación sexual que no se condice con su cuerpo. Dichos casos no eliminan la regla.
Existe, además, una clara tendencia en la orientación sexual según los órganos reproductivos que se tienen, y que conduce a la reproducción de nuestra especie**.
Afirmar lo anterior no implica ser homofóbico, ni decir que los homosexuales se vayan a ir al infierno ni nada por el estilo. Se trata simplemente de constatar cuál es la vinculación reproductiva normal que se da en la naturaleza entre los seres humanos.
Y no se piense que aquí sostenemos un resabio de aquella antigua creencia de que la naturaleza contiene necesariamente una inteligencia infalible que debe respetarse. Sólo tenemos en cuenta, aun si la naturaleza fuese azarosa, que la unión entre un macho y una hembra es básica y fundamental, tanto para la realización personal de cada individuo como para la sociedad.
Así, hay realización personal de los individuos pues dicha unión es la única forma normal de tener hijos, y es indiscutido que éstos dotan de sentido a la vida de los padres no obstante el arduo trabajo que implica su crianza. Además, los hijos serán (las más de las veces) su gran apoyo para cuando ya no tengan las mismas fuerzas que en su juventud.
Por su parte, la perpetuación de la especie humana (y por lo tanto de la sociedad) depende de esa unión natural.
¿Qué pasa con los hijos (por supuesto no propios, salvo arrendamiento de úteros u otras prácticas artificiales) de una unión homosexual? Por cierto que podrán recibir cariño de sus padres, pero ¿es justo para los hijos el que desde pequeños no tengan una visión acertada de cómo funcionan, por naturaleza, las cosas en este mundo?
Creo no ser el único que considera a la unión homosexual como una excepción, que por cierto debe respetarse, pero no promoverse. Y, cuando exista, toca a cada sociedad decidir hasta qué punto equiparar esa unión a la unión heterosexual. Desde luego, es conveniente para la sociedad que las parejas mantengan una estabilidad y que puedan administrar sus asuntos patrimoniales.
En cualquier caso, estamos hablando de personas, que tienen un estatuto de derechos tan rico como el de cualquier otra en lo que respecta a su dignidad y requieren incluso más empatía para hacer frente a su orientación sexual, tradicionalmente discriminada. Mas no por ello pueden exigir un trato absolutamente igualitario en todo ámbito de cosas (por ejemplo, en materia de adopción, si ello no beneficia al niño en cuestión).
*Por cierto que hay casos de excepción, los que sólo confirman cuál es la regla.
**Nuevamente, hay casos de excepción en que una persona tiene una orientación sexual que no se condice con su cuerpo. Dichos casos no eliminan la regla.