Como consecuencia del estudio podemos llegar a tener estructuras extremadamente complejas en la cabeza.
Para no caer en ello es que debemos procurar ir aprendiendo paulatinamente las cosas simples que nos hacen crecer*, observando bien el mundo y llevando así vidas más sanas. En otras palabras, debemos evitar usar nuestra capacidad racional para complicar la realidad en la que nos desarrollamos. Esto se presenta como un desafío intenso para el siglo XXI.
*¡Y que nos facilitan la vida!
*¡Y que nos facilitan la vida!