Quien profesa una religión considera que los mandamientos o reglas de conducta de esa religión en particular son el parámetro de máxima exigencia. Quien los cumple es santo.
Es interesante pensar que puede haber un estándar de conducta moral mucho más elevado que el de la religión que uno sigue.
Es interesante pensar que puede haber un estándar de conducta moral mucho más elevado que el de la religión que uno sigue.