Es normal que en algún momento de nuestras vidas nos toque experimentar un vuelco inesperado: un accidente, una traición u otro evento que nos cambia completamente. Y si bien puede costar reponerse, en cierto sentido es parte de la experiencia humana.
Hay otros -los menos- que pasan por la vida sin mayores episodios de este tipo. Sus caminos son más bien planos y sin mucha novedad.
Pero hay aún otros -incluso de menor número- que van por esta vida recibiendo un golpe tras otro. Les toca sufrir toda clase de pérdidas en una especie de dominó que no se sabe cuándo termina. Es indispensable apoyar a estas personas con toda nuestra generosidad y afecto.
Hay otros -los menos- que pasan por la vida sin mayores episodios de este tipo. Sus caminos son más bien planos y sin mucha novedad.
Pero hay aún otros -incluso de menor número- que van por esta vida recibiendo un golpe tras otro. Les toca sufrir toda clase de pérdidas en una especie de dominó que no se sabe cuándo termina. Es indispensable apoyar a estas personas con toda nuestra generosidad y afecto.