El derecho positivo debe entenderse como aquella normativa que constituye el orden más razonable que podemos darnos a nosotros mismos como seres humanos. Y con esa perspectiva un estudiante debe escudriñar las normas para más tarde trabajar en su perfeccionamiento y aplicación.
En esta profesión se combinan los conceptos de libertad, responsabilidad, justicia y certeza. Esa combinación le impone al abogado el deber de tener en consideración lo que más le conviene a la sociedad toda cuando practica su actividad.
La realidad jurídica corre en paralelo a la realidad material. Es un fenómeno cultural en virtud del cual las personas tienen derechos y obligaciones. Por lo mismo, estudiar únicamente Derecho es peligroso. Un buen abogado debe saber de Historia, de Filosofía y de ciencias exactas.
Al estudiar Derecho la creatividad suele verse suspendida. Sólo se puede ser creativo dentro de un mundo lingüístico y normativo reducido, lo que resulta necesario para la seguridad jurídica y para conservar la tradición. Por eso es tan importante no dejar de realizar alguna actividad que estimule nuestra creatividad más allá de los estudios de derecho.
En esta profesión se combinan los conceptos de libertad, responsabilidad, justicia y certeza. Esa combinación le impone al abogado el deber de tener en consideración lo que más le conviene a la sociedad toda cuando practica su actividad.
La realidad jurídica corre en paralelo a la realidad material. Es un fenómeno cultural en virtud del cual las personas tienen derechos y obligaciones. Por lo mismo, estudiar únicamente Derecho es peligroso. Un buen abogado debe saber de Historia, de Filosofía y de ciencias exactas.
Al estudiar Derecho la creatividad suele verse suspendida. Sólo se puede ser creativo dentro de un mundo lingüístico y normativo reducido, lo que resulta necesario para la seguridad jurídica y para conservar la tradición. Por eso es tan importante no dejar de realizar alguna actividad que estimule nuestra creatividad más allá de los estudios de derecho.
Por último, en el ejercicio profesional es fundamental ser cauteloso, y desde ya vale la pena practicar ser reservado. Como abogado uno sabrá muchas cosas que no puede divulgar, al menos mientras no transcurra un determinado plazo.