Estar tendido al sol en un resort no es vida.
Ese es el ideal cuando tu vida real es insoportable.
La verdadera vida consiste en poder darse el tiempo de hacer lo que a uno le gusta:
Quien tiene vocación de enseñar hace clases y dice “Esto es vida”.
Quien tiene vocación de sanar sana gente y dice “Esto es vida”.
Quien tiene vocación de defender jurídicamente a otro lo hace diciendo “Esto es vida”.
Quien tiene la vocación de hacer arte lo vive y dice “Esto es vida”.
Etc.
La idea del hotel cinco estrellas es perfectamente válida como un descanso, un medio para reponernos y hacer lo que nos apasione. Pero no es un fin. Y el descanso final, que todos tenemos sin excepción, es la muerte.
La verdadera vida consiste en poder darse el tiempo de hacer lo que a uno le gusta:
Quien tiene vocación de enseñar hace clases y dice “Esto es vida”.
Quien tiene vocación de sanar sana gente y dice “Esto es vida”.
Quien tiene vocación de defender jurídicamente a otro lo hace diciendo “Esto es vida”.
Quien tiene la vocación de hacer arte lo vive y dice “Esto es vida”.
Etc.
La idea del hotel cinco estrellas es perfectamente válida como un descanso, un medio para reponernos y hacer lo que nos apasione. Pero no es un fin. Y el descanso final, que todos tenemos sin excepción, es la muerte.