La pregunta más importante de la filosofía es de dónde venimos, pues de dónde venimos determina adónde vamos.
De ahí la enorme relevancia de las investigaciones cosmogónicas.
Así, si venimos de Dios (como decía Alberto Hurtado) es lógico concluir que vamos también a él.
Pero si, en cambio, venimos del azar, entonces está en nosotros determinar adónde ir.
Sabemos que moriremos, ya sea a los 100 años por el desgaste natural de nuestro cuerpo o antes. Y, más que tener un cuerpo, somos un cuerpo. Incluso hoy mismo podríamos morir. Lo importante es vivir el plazo que tengamos del mejor modo posible. Vale la pena hacer el esfuerzo de descubrir ese modo, y hacerlo saber al resto.
De ahí la enorme relevancia de las investigaciones cosmogónicas.
Así, si venimos de Dios (como decía Alberto Hurtado) es lógico concluir que vamos también a él.
Pero si, en cambio, venimos del azar, entonces está en nosotros determinar adónde ir.
Sabemos que moriremos, ya sea a los 100 años por el desgaste natural de nuestro cuerpo o antes. Y, más que tener un cuerpo, somos un cuerpo. Incluso hoy mismo podríamos morir. Lo importante es vivir el plazo que tengamos del mejor modo posible. Vale la pena hacer el esfuerzo de descubrir ese modo, y hacerlo saber al resto.
