Roadán se despertó y reflexionó: “Es un acto de honestidad el entender que la propia religión sólo puede darse en el ámbito de la fe.
La fe es un modo de adquirir conocimientos cuya veracidad no podemos comprobar, pero no por ello menos importante en nuestra vida diaria.
Atendido que la religión es materia de fe, lo que por lo demás explica la diversidad de creencias en el planeta, las personas religiosas tienen el deber de ser tolerantes en su ejercicio.
Así, la fe puede vivirse con total pasión, y las personas servirse de ella como un inmenso apoyo para desarrollarse en el mundo, pero siempre deben cuidarse de respetar las convicciones ajenas (comprendiendo que el otro, por su libertad, puede pensar distinto) y de no ser víctimas de los abusos a que puede llegarse mediante la imposición religiosa”.
La fe es un modo de adquirir conocimientos cuya veracidad no podemos comprobar, pero no por ello menos importante en nuestra vida diaria.
Atendido que la religión es materia de fe, lo que por lo demás explica la diversidad de creencias en el planeta, las personas religiosas tienen el deber de ser tolerantes en su ejercicio.
Así, la fe puede vivirse con total pasión, y las personas servirse de ella como un inmenso apoyo para desarrollarse en el mundo, pero siempre deben cuidarse de respetar las convicciones ajenas (comprendiendo que el otro, por su libertad, puede pensar distinto) y de no ser víctimas de los abusos a que puede llegarse mediante la imposición religiosa”.