Una de las claves para vivir bien en el siglo XXI está en saber seleccionar entre el mar de información disponible, entre lo conveniente y lo no conveniente, entre lo que realmente se quiere hacer y lo que no.
Los espectaculares beneficios que la información nos ofrece hoy pueden perderse por un exceso (sobreabundancia) de la misma.
Por ello es indispensable ser selectivo en la que "consumimos", sin perder la objetividad.