Presentación

"Scuola di Atene" - Raffaello Sanzio


FILOSOFÍA DESDE EL FIN DEL MUNDO
por
Álvaro Awad Sirhan

El presente sitio contiene una selección de ideas y opiniones de su autor. Estas se expresan en textos breves y directos —literarios y no literarios— en el marco de una reflexión filosófica para el siglo XXI.

jueves, 28 de enero de 2016

Algunas cosas que considerar

Roadán se despertó y reflexionó: “No nos cabe duda de que existimos*. 

Estamos individualmente en un cuerpo, el cual controlamos. 

Podemos sentir el mundo y podemos hacernos preguntas.

El inicio del universo está estimado por la ciencia en aproximadamente 13.500 millones de años atrás. 


Antes de que apareciera la especie humana hubo otras múltiples formas de vida. Hoy convivimos con infinitas especies, pero somos la única dotada de razón. 

Hay ciertas opciones fundamentales:

Una es creer en un Ser Supremo que voluntariamente ha creado el universo. Si se sigue esta primera opción, aparecen una multitud de propuestas, según los distintos mensajes espirituales que han aparecido en diversas épocas y lugares. Todas se atribuyen ser la religión verdadera, es decir, la adecuada forma de relacionarse con lo divino (por lo que parten de la base de que tal cosa existe).

La segunda opción es creer que vivimos en un sinsentido, que no hay una voluntad suprema y que todo lo que vivimos y sentimos se debe al azar y al tiempo (sin perjuicio de que nosotros mismos podamos darnos un sentido). Si todo esto es cierto, y vivimos efectivamente en un sinsentido, entonces no parece haber a primera vista una adecuada forma de vivir, distinta a las que nos otorgamos culturalmente. Sin embargo, ello no quita que en una extraña situación de ayuda mutua debamos respetar a nuestros semejantes para hacer menos desagradable nuestro paso por este lugar.

Una tercera opción es la de los agnósticos, quienes no niegan la existencia de dicho Ser Supremo, pero consideran que no puede probarse ni imponerse su existencia, o que aún no se ha probado, lo cual desemboca (muchas veces pero no siempre) en que viven como si Dios no existiera”.

*Wittgenstein advirtió que “la duda sobre la existencia sólo tiene lugar en un juego de lenguaje”, y que “quien quisiera dudar de todo, ni siquiera llegaría a dudar”, pues “el mismo juego de la duda presupone ya la certeza”.