Ser intelectualmente agnóstico significa que, si bien en el fuero interno y en la forma de llevar la vida personal uno puede tener una creencia religiosa, en las discusiones sobre asuntos de la sociedad hay que reconocer que la existencia de Dios no puede afirmarse así sin más.
Por lo tanto, si bien se debe reconocer el espacio de las personas para que vivan libremente su espiritualidad sin afectar a otros, el Estado como tal no debe afirmar ni negar a Dios.
Por lo tanto, si bien se debe reconocer el espacio de las personas para que vivan libremente su espiritualidad sin afectar a otros, el Estado como tal no debe afirmar ni negar a Dios.