En sus Meditaciones Metafísicas, Descartes dice que no hay nada que le sea más fácil de conocer que su propio espíritu. La existencia del alma, como algo separado del cuerpo, estaría demostrada por la capacidad de pensar/concebir, la que a su vez se conocería con claridad.
El autor parece entender el alma como la forma en que funciona nuestro cerebro, un asunto del que hoy entendemos algo más que en el s. XVII. Pero no tanto más.
Como ha resumido Harari, ya sabemos que el cerebro es una red material, que incluye neuronas, sinapsis y sustancias bioquímicas. En cambio, la mente consistiría en el flujo de experiencias subjetivas, como el dolor, el placer, la ira y el amor. Si bien los biólogos suponen que el cerebro genera la mente (reacciones bioquímicas en miles de millones de neuronas generarían experiencias como las ya indicadas) lo cierto es que no hay una explicación sobre cómo ocurriría eso.
Nuestra conciencia sigue siendo el mayor misterio del universo. ¿Podemos identificarla con un alma separada del cuerpo?
El autor parece entender el alma como la forma en que funciona nuestro cerebro, un asunto del que hoy entendemos algo más que en el s. XVII. Pero no tanto más.
Como ha resumido Harari, ya sabemos que el cerebro es una red material, que incluye neuronas, sinapsis y sustancias bioquímicas. En cambio, la mente consistiría en el flujo de experiencias subjetivas, como el dolor, el placer, la ira y el amor. Si bien los biólogos suponen que el cerebro genera la mente (reacciones bioquímicas en miles de millones de neuronas generarían experiencias como las ya indicadas) lo cierto es que no hay una explicación sobre cómo ocurriría eso.
Nuestra conciencia sigue siendo el mayor misterio del universo. ¿Podemos identificarla con un alma separada del cuerpo?