Es de toda justicia que las mujeres trabajen en igualdad de oportunidades con los hombres.
Ahora bien, es innegable lo desgarrador que resulta el llanto del niño que desesperadamente pide a su madre cuando ésta debe salir al trabajo.
¿Cómo conciliar esos intereses sin hacer caso omiso a un llamado tan claro de la naturaleza?
Ahora bien, es innegable lo desgarrador que resulta el llanto del niño que desesperadamente pide a su madre cuando ésta debe salir al trabajo.
¿Cómo conciliar esos intereses sin hacer caso omiso a un llamado tan claro de la naturaleza?