Presentación

"Scuola di Atene" - Raffaello Sanzio


FILOSOFÍA DESDE EL FIN DEL MUNDO
por
Álvaro Awad Sirhan

El presente sitio contiene una selección de ideas y opiniones de su autor. Estas se expresan en textos breves y directos —literarios y no literarios— en el marco de una reflexión filosófica para el siglo XXI.

jueves, 31 de marzo de 2011

Imposición irracional

No parece malo en lo absoluto que las personas tengan una determinada religión.

El ámbito espiritual, tan olvidado en nuestros tiempos, es sumamente importante en la vida del ser humano (probablemente más importante que el ámbito material, como han podido comprobar tantos billonarios).

Sin embargo, no puede siquiera concebirse como algo razonable el imponer un determinado culto, ni menos el seguir al pie de la letra un texto escrito hace varios siglos como si contuviera la verdad absoluta (¡y las respuestas a todas las problemáticas de nuestra época!), a menos que contase con las herramientas necesarias para convencer a todos los seres humanos de sus destinos en la realidad. Estas herramientas son los argumentos que sirven a la razón, común a todas las personas, elemento que los distingue del resto de los animales que habitan el planeta.

El fundamentalismo religioso sólo guía hacia injusticias, así como a la demostración de las contradicciones internas de la misma religión en su aplicación histórica, por partir desde la base de la ceguera humana. Ejemplo típico a este respecto es el asimilar al que piensa distinto a una "oveja descarriada".

¿Quién es fundamentalista? El que impone. No el que cree, pues se puede creer profundamente sin ser fundamentalista. Considero perfectamente lícito que alguien venga a tratar de convencernos mediante la argumentación, por ejemplo, de que hay un Dios que envió a su hijo a pagar nuestros pecados y dar un mensaje de salvación de las almas. Será seguido por quien lo estime razonable.

Pero el que vive en la ceguera y pretende imponer sin argumento puede ser excluido del diálogo de la comunidad política, la que supone poner en práctica nuestras capacidades humanas al máximo, y con ello ser tolerantes.