A pesar de que vivimos en un mundo mucho más engorroso, hoy tenemos más herramientas para filosofar que los antiguos, como los hallazgos científicos y el mayor desarrollo del conocimiento histórico.
Ya no es necesario seguir discutiendo temas que han quedado en el pasado, ni conocer al revés y al derecho toda la compleja terminología griega (sin perjuicio de su indudable valor para mejorar nuestra comprensión del lenguaje).
Hoy en día hace falta principalmente una filosofía noble, honesta y bien intencionada para el tercer milenio de nuestra era.
Ya no es necesario seguir discutiendo temas que han quedado en el pasado, ni conocer al revés y al derecho toda la compleja terminología griega (sin perjuicio de su indudable valor para mejorar nuestra comprensión del lenguaje).
Hoy en día hace falta principalmente una filosofía noble, honesta y bien intencionada para el tercer milenio de nuestra era.