Hay ciertos aspectos de la vida que pueden hacerla muy desagradable de vez en vez.
De éstos quisiera referirme al sufrimiento.
Incluso a la gente más buena de corazón le toca a veces vivir las mayores angustias. Algunos han creído que es una especie de castigo por algo hecho en vida o en una “vida pasada”.
Una forma espiritual de ver el asunto es aceptar los padecimientos tal como vengan (e.g. a Cristo, considerado Dios hecho hombre por los cristianos, le tocó pasar por algunos de los mayores sufrimientos posibles*).
En mi vida he visto personalmente a fervientes católicos cargar su propia cruz en sus últimos días de vida, tal como lo hizo (San) Alberto Hurtado. Pero más allá de que se crea o no en Cristo, o en la divinidad en general, la mejor forma de aceptar el sufrimiento -o los malos ratos que podemos vivir- es con fortaleza y valentía.
Esta vida está llena de vicisitudes, y mientras más seres queridos tengamos más se multiplica la serie de eventos que podrían "hacernos mal". Y es que, en verdad, es imposible que alguien pase por una vida regular sin momentos de sufrimiento. Hay que saber confiar en uno mismo y afrontar las malas situaciones (especialmente las que todos sabemos con mediana certeza que tendremos que vivir algún día).
Para terminar, hay que decir que el sufrimiento sirve bastante. En lo principal, si no sufriésemos no valoraríamos las cosas que nos dan alegría (como cuando se dice que la muerte da sentido a la vida). Por lo demás, la gente se une en los momentos difíciles. Al sufrir nos volvemos empáticos con los que sufren lo mismo que nosotros, y de paso con la gente que sufre en general.
Se suele decir: “Al mal tiempo buena cara”. Sí, pero con fortaleza y valentía. Porque al mal tiempo hay que doblarle la mano, y hacer que nuestros momentos difíciles sean verdaderas experiencias de vida, para nosotros y el resto: grandes lecciones que nos marquen y podamos compartir con posterioridad.
Quizás estas frases de los sabios te podrían ayudar:
-"En toda crisis hay una oportunidad".
-"Ningún mar en calma hizo experto a un marinero".
-"Si te duele mirar atrás, y te da miedo mirar hacia adelante, mira hacia el lado y verás a tus amigos".
*Una excepción entre cristianos son los calvinistas, quienes creen en la predestinación. Según esta lógica, el que sufre en principio no salvará su alma, pues de lo contrario Dios lo protegería.
Incluso a la gente más buena de corazón le toca a veces vivir las mayores angustias. Algunos han creído que es una especie de castigo por algo hecho en vida o en una “vida pasada”.
Una forma espiritual de ver el asunto es aceptar los padecimientos tal como vengan (e.g. a Cristo, considerado Dios hecho hombre por los cristianos, le tocó pasar por algunos de los mayores sufrimientos posibles*).
En mi vida he visto personalmente a fervientes católicos cargar su propia cruz en sus últimos días de vida, tal como lo hizo (San) Alberto Hurtado. Pero más allá de que se crea o no en Cristo, o en la divinidad en general, la mejor forma de aceptar el sufrimiento -o los malos ratos que podemos vivir- es con fortaleza y valentía.
Esta vida está llena de vicisitudes, y mientras más seres queridos tengamos más se multiplica la serie de eventos que podrían "hacernos mal". Y es que, en verdad, es imposible que alguien pase por una vida regular sin momentos de sufrimiento. Hay que saber confiar en uno mismo y afrontar las malas situaciones (especialmente las que todos sabemos con mediana certeza que tendremos que vivir algún día).
Para terminar, hay que decir que el sufrimiento sirve bastante. En lo principal, si no sufriésemos no valoraríamos las cosas que nos dan alegría (como cuando se dice que la muerte da sentido a la vida). Por lo demás, la gente se une en los momentos difíciles. Al sufrir nos volvemos empáticos con los que sufren lo mismo que nosotros, y de paso con la gente que sufre en general.
Se suele decir: “Al mal tiempo buena cara”. Sí, pero con fortaleza y valentía. Porque al mal tiempo hay que doblarle la mano, y hacer que nuestros momentos difíciles sean verdaderas experiencias de vida, para nosotros y el resto: grandes lecciones que nos marquen y podamos compartir con posterioridad.
Quizás estas frases de los sabios te podrían ayudar:
-"En toda crisis hay una oportunidad".
-"Ningún mar en calma hizo experto a un marinero".
-"Si te duele mirar atrás, y te da miedo mirar hacia adelante, mira hacia el lado y verás a tus amigos".
*Una excepción entre cristianos son los calvinistas, quienes creen en la predestinación. Según esta lógica, el que sufre en principio no salvará su alma, pues de lo contrario Dios lo protegería.