Definitivamente hay -al menos- dos formas de vivir el Catolicismo.
La primera es seguir con los ojos vendados lo que nuestros oídos oyen; vivir como verdaderas ovejas, siendo susceptibles de los más grandes abusos. En pocas palabras, una fe ciega.
La segunda es vivir la fe con sentido crítico, saber evaluar las condiciones históricas en que la religión católica se ha desenvuelto; entender los mensajes profundos y no los que han sido producto del interés humano, etc. Esta segunda forma es la verdadera fe como acto intelectual, mientras que la primera es simplemente un gran peligro para nuestra especie (como cualquier otra ideología que desconoce la capacidad de razonar).
La primera es seguir con los ojos vendados lo que nuestros oídos oyen; vivir como verdaderas ovejas, siendo susceptibles de los más grandes abusos. En pocas palabras, una fe ciega.
La segunda es vivir la fe con sentido crítico, saber evaluar las condiciones históricas en que la religión católica se ha desenvuelto; entender los mensajes profundos y no los que han sido producto del interés humano, etc. Esta segunda forma es la verdadera fe como acto intelectual, mientras que la primera es simplemente un gran peligro para nuestra especie (como cualquier otra ideología que desconoce la capacidad de razonar).